En cualquier instante la mente tiene que tomar decisiones y multitud de acciones inconscientes se llevan a cabo. Nuestra mente consciente contínuamente confabula creando la ilusión de que es ella la que manda. Pero, ¿quién está realmente al mando?
¿Puede la ciencia decirnos que es exactamente la naturaleza humana? ¿Podemos reproducirlo en máquinas artificiales? Típicamente, la conciencia y el libre albedrío han evadido el entorno científico. Sin embargo, en las últimas décadas, filósofos y científicos han comenzado a trabajar juntos en la búsqueda de una explicación científica de la mente. En el comentario del libro de Dennett «La Libertad Evoluciona» [1], escrito por Simon Blackburn [2], se expone por qué los científicos necesitan a los filósofos en este área. Los experimentos de Libet muestran que:
[…] la actividad neuronal que inicia una acción empieza alrededor de un tercio de segundo antes de la decisión consciente del agente de actuar. […]
Normalmente, los neurocientíficos han interpretafo esto como la ilusión de estar al mando. Dennett defiende que esta es una postura errónea. En su lugar Dennett especifica que un agente consciente debe ser visto como un continuo, donde no hay un momento concreto de decisión. La concepción intervencionista deducida a partir de los experimentos de Libet normalmente lleva a los científicos a pensar que la evolución y la cultura crean una prisión para la mente, donde todo está predeterminado a priori. Dennet argumenta lo contrario, él cree que la evolución y la cultura son los diferenciadores clave que hacen a los humanos capaces de moldear sus respuestas e imaginar el futuro. En relación con el enlace entre pensamiento y acción:
«Tenemos el poder de vetar nuestros instintos y después vetar nuestros vetos», dice Dennett, «Tenemos el poder de la imaginación, de ver e imaginar futuros».
Según el neurólogo Mark Hallet [3], el libre albedrío no existe: «El libre albedrío no existe, es una percepción, no un poder o una fuerza volitiva. La gente experimenta el libre albedrío. Tienen la sensación de que son libres. Pero cuanto más lo cuestionas, más cuenta te das de que no lo tienes». Entonces, ¿somos simples robots biológicos? Algunos físicos argumentan que en realidad el libre albedrío sí existe. Anton Zeilinger, un físico cuántico, comenta que la aleatoriedad cuántica es «no una prueba, sólo una indicación, que nos dice que tenemos libre albedrío» [3].
Hay dos motivos principales por los que algunos autores establecen un vínculo entre la mecánica cuántica y las teorías de la consciencia: por una parte, se cree que la mente consciente juega un papel importante en los procesos de medida cuántica y que cualquier teoría de la mente que se precie debería explicar este efecto; y por otro lado, algunos autores piensan que la física clásica por sí sola no es capaz de explicar las propiedades de la mente, que posiblemente sí podría explicarse en base a las características especiales de la mecánica cuántica [4]. Aquí el truco está en que la observación consciente juega un papel crucial en los efectos cuánticos. Yo no soy un experto en mecánica cuántica, pero diría que una mera observación (inconsciente) jugaría el mismo rol.
Centrándonos ahora en nuestra preocupación principal, los robots conscientes, ¿pueden ellos tener libre albedrío? De acuerdo con Seth Lloyd, un experto en computación cuántica, hay una clase de libre albedrío que compartimos con las máquinas [3]. Como demostró Kurt Gödel, en cualquier sistema de lógica formal hay aseveraciones sobre las que no se puede decidir su verdad. A no ser que esperes y veas cuál es el resultado real, diría yo. Para una máquina, tal y como explica Lloyd, la única forma de averiguar su comportamiento es dejar que ejecute su programa y ver qué pasa. Por lo tanto, incluso aunque la acciones de la máquina (o las nuestras) estén determinadas, no sabemos cuáles serán hasta que finalmente se realizan. Este razonamiento deja espacio para un tipo de libre albedrío para las máquinas.
[1] Daniel Dennett. “Freedom Evolves”. Viking. 2003.
[2] Simon Blackburn. “Who’s in Charge”. American Scientist, Volume 91. 2003.
[3] Dennis Overbye. “Free Will: Now You Have It, Now You Don’t”. The New York Times. Science. January 2, 2007.
[4] Hameroff, S. R. y Penrose, R. (1996). Orchrestated reduction of quantum coherence in brain microtubules: A model for consciousness. Toward a Science of Consciousness. Cambridge, MA: MIT Press.