¿Sueñan con Dios los robots? Esta es una pregunta controvertida que aparece a menudo en las películas de Hollywood. Recientemente científicos y teólogos están estudiando las posibles implicaciones de la rama dura de la Inteligencia Artificial.
La posibilidad de un futuro en que los humanos y robots vivan juntos en una nueva sociedad tecnológica hace converger a la ciencia y la religión. Anne Foerst, una teóloga y científica busca la unión entre la religión y la investigación en IA. En su libro Dios en la Máquina [1], argumenta que los robots tienen mucho que enseñarnos acerca de nosotros mismos y nuestra relación con Dios. En 1993 Foerst trabajaba a las órdenes de Rodney Brooks en el laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT. Juntos identificaron una serie de preguntas que son intrínsecamente comunes a los campos de la robótica y la religión: ¿Puede un robot ser humano? ¿Qué significa ser humano? ¿Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios?
El robot Cog del MIT fue diseñado para aprender a partir de la interacción física y social. Estaba programado para mostrar respuestas sociales y emocionales. De acuerdo con Foerst, el ser humano juega un rol en el proceso mútuo de contar historias. Y aunque los robots como Cog no pueden contrar su propia historia, al menos pueden jugar un rol en nuestras vidas y así formar parte de nuestro proceso narrativo [2].
En su libro, Foerst establece una relación entre la construcción de robots y Dios. En su opinión, cuando tratamos de construir robots humanoides a nuestra imagen y semejanza nos damos cuenta de la complejidad de los humanos, a la vez que crece nuestra admiración por la creación de Dios [3]. Según Foerst, el objetivo de construir robots (conscientes) es tratar de averiguar cómo funcionamos, aprender más acerca de quienes somos y qué es lo que nos hace humanos [el adjetivo consciente es mío]. Desde su punto de vista, los antiguos creadores del golem se pueden considerar como los antepasados de los actuales investigadores en IA.
Otro punto interesante destacado por Foerst es que la construcción de máquinas que puedan pensar no significa que se construyan máquinas de tipo humano. No es el pensador individual, sino la persona que forma comunidad con otras lo que nos hace humanos. En realidad, los humanos somos animales sociales, y yo diría que la consciencia está muy relacionada con el comportamiento social. Sin embargo, Foerst no menciona el término consciencia en esta entrevista [3].
Si somos capaces de construir robots con inteligencia social, capaces de participar y construir nuestra sociedad, entonces tendremos que enfrentarnos a muchos problemas nuevos. Ver Legislación para los robots del futuro para más información al respecto.
[1] Foerst, A. God in the Machine: What Robot Teach Us About Humanity and God.
[2] Glenn, J. The theological robot. The Boston Globe. February 6, 2005.
[3] Berkeley Groks. Deus ex Machina. Enterview with Anne Foerst. (Complete Enterview).